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viernes, 13 de septiembre de 2013

Vivíamos sin punto final



Es cierto que cuando algo se moja, se enfría. Sin embargo, las lágrimas que te robé eran cálidas, pese al frío de la noche, y olían a nostalgia.

Sé que de nuestras lágrimas formamos un mar, y mi padre me enseñó a quedarme siempre cerca de la orilla porque ni el más experto nadador se puede fiar de sus corrientes. Pero vi tu barco merodeando por mi costa y pienso desobedecer por primera vez uno de sus consejos. No te preocupes, ya le dije que era más que consciente de que sólo tendría fuerzas para llegar a tu barco, pero que si me veías me traerías de vuelta, navegando a contracorriente.

Ya lo ves, aquí me tienes, enganchado a tu quilla, calculando las últimas gotas de oxígeno para terminar de escribirte.

Para terminar de escribir un mensaje que sólo leerías si echas anclas pron__


jueves, 29 de agosto de 2013

Despiértame, a sueños.



Soñaba que despertaba a besos
a la creadora de mis sueños,
a la dueña de mis despertares.

Despierto,
y la veo junto a mí,
aún a besos la desato
de ése su sueño,
que espero sea cumplido a su despertar por mí;
un pobre soñador,
que sólo sueña
que su despertar pueda soñar...


"Todo lo que vemos o parecemos es solamente un sueño dentro de un sueño.", Edgar Allan Poe




martes, 27 de agosto de 2013

La espera.


Yo espero, tú esperas, él espera, nosotros… sí, nosotros esperamos. Esperar es lo que hacemos. Usamos todas sus conjugaciones aunque olvidásemos en el colegio la mayoría de los tiempos verbales.


Anoche desperté con rebeldía ante los pensamientos estereotipados y fui a buscarla. Estaba sentada en la misma parada de autobús donde nos besamos por última vez. Le pregunte que qué hacía allí, me respondió “esperarte”.

Como comprenderéis, esa noche ni la Luna esperó a que nos quedásemos dormidos.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Supersticiones.



Mi día a día comienza de forma duramente rutinaria: levantándome de la cama. He intentado estar atento a qué pie apoyo primero en el suelo, pero sigo sin saberlo: quizá uno, quizá otro; quizá los dos.

Parece cosa de maniático, pero sólo son costumbres. El color amarillo me gusta en todos los ámbitos, pues es vivo y alegre, además me favorece; cada vez que puedo paso por debajo de una escalera, es irresistible no hacerlo; en gustos Félidos, he de reconocer que siento debilidad los gatos negros, sobre todo ésos siniestros callejeros a los que miro embobado cuando se cruzan por mi camino; los días de lluvia abro el paraguas dentro de mi casa para ver el estado de sus varillas; al cocinar, con las prisas, derramo sal por toda la encimera; si me da por cortarme el pelo, pues la pereza y el formalismo de pedir cita al peluquero me pueden, es todo un clásico dejar las tijeras abiertas encima del lavabo; casi todos los años en mi familia se realiza un festejo que coincide en martes y 13, ya que el cumpleaños de la persona que me trajo al Mundo suele caer en ese día tan tachado para la mayoría.

¿Supersticiones? No noto nada en especial realizando tales cabalas de mala suerte. A lo mejor me estoy perdiendo mucho y deba probar adentrarme el mundo del misticismo y lo fantástico.

Nunca se me ha roto un espejo, me da por pensar que muestro mi mejor cara ante la vida. Así que, de momento, seguiré con la superstición de saltarme las supersticiones.

Como dijo Umberto Eco: "La superstición trae mala suerte."


... B.C.

domingo, 8 de agosto de 2010

Tiempo de reflexión.




Soy el futuro del pasado; seré el pasado del futuro. Y entre el viento del presente se difuminan los olores del ayer.